ALFONSO RUS, EL ÚLTIMO ROCKERO

La Fiscalía Anticorrupción fijó el origen de su actividad
delictiva en <<el inicio de su actividad como político», si bien
<<se mantiene durante todos los cargos que ha ostentado» en
su trayectoria. A Rus le atribuye la <<creación» de una <<autén—
tica organización criminal justificada para el desvío de fondos
públicos en beneficio propio y de terceros». El es el <<máximo
responsable», que no solamente <<ha dirigido» esta organiza—
ción, sino que <<ha constatado el último destino de los fondos».
La Unidad Central Operativa de la Guardia Civil fue más allá
y explicó, en un contundente informe, que Rus quería presidir
la Diputación para tener una <<mayor capacidad de gestión de
presupuesto y un cambio en la forma de recaudar dinero pro—
cedente de comisiones».

<<¡Yo te quiero, Alfonso, coño, te quiero!»

Después de los comicios municipales y autonómicos de mayo
de 2007, cuando Francisco Camps le entregó la Diputación,
Rus organizó una fiesta de celebración por todo lo alto en la
recién remodelada plaza de toros de Xativa. Regaló miles de
camisetas a los asistentes con la palabra GRACIAS (así, en
mayúsculas), montó una discomóvil y repartió entre los veci—
nos 10.000 vales de bocadillo y baile.

En aquel mitin, el 8 de junio de 2007, el invitado estrella
fue el presidente nacional del PP y líder de la oposición, Ma—
riano Rajoy, que volvió a la ciudad y en un arrebato de euforia
dio rienda a sus sentimientos: <<¡Yo te quiero, Alfonso, coño, te
quiero, coño! Y quiero que sepas que tus éxitos los considero
mis éxitos. Aparte de los del Partido Popular, los de Mariano
Rajoy, que es uno de Pontevedra, también mis éxitos». Todos
aplaudían.

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SERGI CASTILLO PRATS

Era el momento de gloria de Alfonso Rus. El PP de Camps
había barrido todos los récords con el 52% de los votos, con
agentes electorales como el mismísimo Bernie Ecclestone y
centraba sus esfuerzos en lograr que Mariano Rajoy fuera el
presidente del gobierno en marzo de 2008. El líder nacional
afirmó que el PP <<da la talla allí donde gobierna» y puso al
Ayuntamiento de Xativa, al Ayuntamiento de Valencia y a la
Generalitat de Camps como modelos de gestión que querría
llevar a su ejecutivo. El público respondió coreando al uníso—
no: <<A por ellos, oe, oe, oe».

El acto salió redondo. Por eso se había encargado su orga—
nización a un experto como Alvaro Pérez, El Bigotes, alma
mater de la trama Giirtel. Además, resultó barato, ya que el
PPCV no pagó el alquiler del coso taurino. Las arcas públicas
setabenses dejaron de ingresar los 3.630 euros que debía pagar
la formación política que precisamente ponia al Ayuntamien—
to de Xativa como ejemplo de buena gestión.

La cuenta de twitter de Maldz'ía Hemer0íeea se ha ocupado de
recuperar durante los últimos años las alabanzas de Rajoy a los
miembros de su partido que, como Alfonso Rus, pasan momen—
tos delicados. <<Nadie podrá probar que no es inocente», dijo
de Luis Bárcenas. <<Vamos a intentar hacer en España lo que
Jaume y todos vosotros hicisteis en Baleares», afirmó de Matas.
De Carlos Fabra, que <<es un ciudadano y un político ejemplar».
De Francisco Camps enfatizó: <<Creo en ti y en lo que haces;
te he visto actuar. La inmensa mayoría de los valencianos y los
españoles creen en ti». Y todavía fue más lejos Rajoy: <<Siempre
estaré detrás de ti, o delante, o a un lado. Gracias Paco». Dos
años después dimitió por el escándalo de los trajes de Giirtel.

Uno de los principales éxitos en la estrategia de Alfonso
Rus para lograr mayor poder fue la organización de desayunos

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con alcaldes, concejales, militantes y simpatizantes todos los
sábados por la mañana. Mientras sus rivales internos descan—
saban del ajetreo semanal, él se metía en el bolsillo a las bases
del partido ávidas de la cercanía y la mediación con las insti—
tuciones que el les prestaba. En estos encuentros derrochaba
simpatía y campechania. Y también generosidad. Al finalizar
el agape, uno de sus hombres pagaba en metálico en la barra.

A Rus le encantaba contar batallitas. Narraba sin pelos en la
lengua que eran mucho más amenos los viajes que hacía con
Eduardo Zaplana que con Francisco Camps, al que le gustaba
demasiado entrar en iglesias y visitar monumentos.

Su rival interno en la provincia de Valencia fue Serafín Cas—
tellano, un dirigente con una trayectoria tan prolífica como la
suya. Castellano ha ostentado las siguientes responsabilidades:
alcalde de Benissanó (1991—1999), diputado en las Cortes Va—
lencianas (1991 a 2014), presidente de la Federación Valen—
ciana de Municipios y Provincias, tres veces conseller con Za—
plana, Olivas y Camps (Justicia y Administraciones Públicas,
1999—2000; Sanidad, 2000—2003; Gobernación, 2007—2014),
portavoz del Grupo Popular en las Cortes (2003—2007), se—
cretario general del PPCV (2012—2014) y delegado del Go—
bierno de la Comunidad Valenciana (2014—2015).

A diferencia de Alfonso Rus, que ya había sido apartado
de la gestión pública, a Serafín Castellano lo detuvo la Policía
Nacional el 29 de mayo de 2015 en pleno ejercicio, siendo
Delegado de Gobierno, es decir, su propio jefe. Está acusado
de participar en el presunto amaño de contratos públicos re—
lacionados con empresas del sector aéreo dedicadas a la extin—
ción de incendios forestales.

Rus logró tal proyección pública que Francisco Camps deci—
dió incluirle en la candidatura autonómica de 201 1. La entrada

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en el parlamento le abría numerosas posibilidades. Algunos de
sus seguidores tenían claro que en caso de que Camps tuviera
que renunciar, él sería el elegido por Génova para sustituirle.
Otro de los que entraba en las quinielas era el entonces alcalde
de Castellón, Alberto Fabra, que al final fue el elegido.

Durante esos cuatro años se dio el hecho insólito en de—
mocracia de que una misma persona ostentaba las tres res—
ponsabilidades públicas del más alto nivel: alcalde, presidente
de la Diputación y diputado autonómico. Pero aún tenía más
responsabilidades: Rus llegó a acumular 13 cargos al mismo
tiempo y presumía de ello. Decía que era un <<superman», que
los vecinos de su pueblo le tenían que dar las gracias, porque si
no <<todavía irían en burro».

Se las daba de gestionar como en la empresa privada y en
su currículum oficial presumía de su experiencia en este ámbi—
to: <<Empresario desde 1972. Sector de electrodomésticos. Sec—
tor inmobiliario (hasta 1992). Sector del mueble (desde 1985).
Sector textil.» Su máxima, repetida hasta la saciedad, era: <<Gas—
tamos lo que tenemos y lo que no tenemos no lo gastamos».

Su frustración, el Valencia CF.

Desde su punto de vista, ser presidente del Valencia CF. era un
cargo <<tan importante como el de presidente de la Generali—
tat». Este era su sueño desde que hizo <<la primera comunión»,
representar al equipo de mitos del balón como Machado,
Guillot, Mestre, Paquito... Sin embargo, se tuvo que confor—
mar con presidir durante catorce años el Olimpic de Xátiva,
el equipo de su pueblo. Lo hizo en dos etapas. La primera,
durante cinco temporadas, cuando estaba en la oposición po—
lítica. Ch1iso fichar a Di Stéfano como entrenador, pero se le

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